Leyendo {Nerin}

Tema: Leyendo {Nerin} $Leyendo {Nerin} Icon_minitime$ Dom Mar 13, 2011 1:22 pm

Un día precioso. Me desperecé y salté de la cama con felicidad, el Sol brillaba, los pájaros cantaban... Un cuento de hadas, mi cuento de hadas. Pero me faltaba el principe. Una ducha rápida, un buen desayuno en el comedor de la Academia y un libro. Sólo necesitaba un libro. Caminé por el campus, libro en mano, en dirección a mi lugar favorito. En realidad era un simple árbol, un cerezo, en la esquina más luminosa del jardín. Todo rodeado de hierba verde y blandita, con alguna que otra flor de distintos colores y el precioso cerezo en flor. Me senté a su resguardo, usando el enorme tronco de respaldo y estirando completamente las piernas. El Sol lucía en todo su esplendor, haciendo brillar mi cuerpo mientras leía concentrada. De vez en cuando alguien pasaba, y como era natural me saludaba; siempre igual, yo me sonrojaba, sonreía y volvía a bajar la vista a mi libro... Las costumbres. En un momento dado, por una frase que leí, me dio que pensar... "Y una lágrima cayó, y todo el mundo miró anodadado como la niña lloraba, sin poder hacer más nada"

Abrí los ojos lentamente, la luz se filtraba a través del ventanal con fuerza, dejándome por un momento sin vista. Levanté la cabeza y me estiré, otra noche sobre el escritorio, durmiendo junto al trabajo, ser secretaria era algo más que recoger nombres y pasearse por la academia.
No tardé demasiado en prepararme, las duchas en el apartamento eran perfectas y rápidas. De camino a los exteriores del campus, pasé por la cocina para solicitar un café que se me concedió al momento. El equipo culinario siempre tan atento y agradable, siempre era mejor comer en la cocina que en el comedor principal, la conversación era mil veces mejor.

El día era inmejorable, caminé tranquilamente entre el estresado alumnado, encendiendo un cigarro a mi paso. El humo se disipaba poco a poco con la brisa de la mañana, mientras me dirigía a uno de los mejores lugares de la academia. Pero no era la única.

- Vaya, veo que alguien lo ha descubierto...-comenté observando a la chica sentada bajo mi adorado árbol. Sonreí con cortesía, intentando ser amable.

Seguía en mi mundo de fantasía cuando una voz me sobresaltó. Levanté la vista y descubrí a la secretaria de la academia. Nerin. La conocía, como a casi todo el alumnado... Yo había sido la niña más jóven en unirse a la academia... Además, sin autorización paterna. Sacudí la cabeza, intentando olvidar eso, recordar a mis padres sólo me hacía sufrir — ¿La única? — Pregunté sonrojada, para no variar.

En la academia estaba yo sola, no tenía a nadie más, apesar de ser muy conocida... Amigos, sí, pero familia ninguna. A mis padres los había perdido, no tenía hermanas, primas... No tenía nada. En cierto modo me sentía sola entre mucha gente, pero estaba acostumbrada a esa soledad; además, tenía mis animales.