Walking in the night (Esme)

Me aburría y salí a dar una pequeña vuelta por el jardín. Era noche cerrada, quizás las 2... quizás las 3. No había cogido ni el reloj ni el móvil. Solo llevaba mi Ipod. Iba escuchando música mientras paseaba a la luz de la luna. No había nadie, obviamente. Técnicamente tendría que estar durmiendo, pero supongo que, con todo lo que había pasado, la mudanza y eso, era normal que Morfeo no me acompañara por el mundo de los sueños. Dejaba árboles y arbustos detrás de mí, mis pisadas no se oían y el único sonido que se escuchaba era el de los buhos ulular. Algunos abrían tenido miedo, yo estaba acostumbrada. Total, si querías sobrevivir en las casas de acogida, tenías que olvidarte de tus miedos. De repente, escuché pasos.

Definitivamente era la mejor noche de toda mi vida... Nada como ir a una fiesta y bailar al son de la música rodeada de chicos. No había tomado más que un par de Coca-Cola Light, pero en mi cabeza todavía resonaban los acordes de la última canción de la fiesta. Mis pies comenzaban a arder por los tacones, pero no pensaba quitármelos al menos hasta llegar a la residencia. Sentí una suave brisa recorrer mi espalda. Otra vez no. Mi intuición me decía que había alguien más allí conmigo, pero yo pensaba que estaba sola en aquel lugar. De pronto vi una sombra que se confundía con los arbustos.

-¿Hay alguien ahí?

Alguién preguntó algo, la verdad es que no entendí bien lo que dijo, pero supuse que sería quien está ahí o algo de ese estilo. Me acerqué, vi que era una chica, parecía inofensiva, asique me dejé ver.

—¡Hola! Soy Sam —sonreí, no quería que pensara que la iba a atacar o algo así. La verdad es que ya tenía suficientes enemigos, no quería a otro más.

Por un momento pensé que se trataba de algún chico de la academia. Iba a pedirle que me acompañara a casa, pero me sorprendí al ver a una chica. Se presentó.

-Yo soy Esme -dije-. Me has dado un susto de muerte, ¿qué haces aquí?

—Perdón, no era mi intención asustarte. No podía dormir y decidí salir a dar una vuelta por los jardines. No contaba encontrarme a alguien, ya sabes... técnicamente todo el mundo tendría que estar en sus camas... ¿Y tú que haces tan tarde? ¿Saliste de fiesta?

-Tú lo has dicho: técnicamente todo el mundo tendría que estar en sus camas... Acabo de volver de una fiesta aquí al lado. Música, bebida y chicos. Es difícil decir basta.

Me eché a reir

—Lo se, me pasé mi adolescencia de fiesta en fiesta, se lo llamativo que es —sonreí—. A veces uno no sabe cuando parar y pasa lo que pasa... Pero bueno, tu pareces estar bien, así supongo que no bebiste mucho. Me alegro

-Sí -asentí-. Prefiero volver entera a la academia, jajaja. ¿En qué residencia estás?

—En la red, comprenderas cuando te dije lo de las fiestas —me volví a reir, mi residencia era conocida por las fiestas que se corrían los estudiantes, y de ahí las notas que sacabamos... muy pocos aprovaban todas...—. ¿Y tu?

-Entiendo... por ahora eres la primera red que conozco -reí-. Yo estoy en la Yellow.

—Yo ya tengo amigas en yellow —sonreí—. Bueno, tengo que decir que no todos estamos siempre de fiesta, aunque la mayoría si saca malas notas. Dime, ¿quieres irte ya para la cama o te apetece venir a dar una vuelta conmigo? Como ya dije, yo no tengo nada de sueño, y me da pereza volver a la cama para no dar dormido, asíque...

-Iré contigo. Aunque no beba la cafeína de la Coca Cola me mantiene despierta.

—Vale —comenzamos a caminar por el sendero—. Bueno, ¿te vas acotumbrando a Hell? La verdad es que a mi me cuesta un poco, es demasiado grande y con demasiada gente.

-Como tú. Todos los colegios en los que he estado eran pequeños y se juntaban dos clases. Pero esto es diferente, ¿no crees?

—Yo he estado en sitios grandes, he ido de orfanato en orfanato y eso siempre es grande, pero no tan grande, ni con tanta gente. La verdad es que esto agobia un poco —suspiré—. Y además de diferente, es especial. ¿no te parece?

-Sí, parece que esconde algo -dije. Para mis adentros pensaba que Sam me tomaría como una loca, pero proseguí-. Pronto descubriremos algo nuevo. Tengo un ligero presentimiento.

—La verdad es que yo también lo creo. Esto es mágico, especial, misterioso. No se que esconderá, pero es algo gordo, eso seguro. Supongo que si no fallamos, pronto lo descubriremos

-Exacto. Sam, espero que nadie nos esté oyendo, porque de verdad parece que hemos vuelto de la fiesta con algo más que una Coca Cola. -reí.

Miré a mi alrededeor, parecía que todo estaba desierto y no se escuchaba ningún sonido.

—Parece que no hay nadie, asíque este será nuestro pequeño secreto —me reí—. Y bueno, hace bastante que no bebo alchol, me dedico a la Coca Cola, es mi vicio secreto, asíque no se lo digas a nadie —sonreí

-Jaja, ya somos dos adictas a la Coca Cola -dije.

Esta chica me caía bien. Tenía algo especial. Era alegre, llamativa, divertida... La verdad es que lo que había empezado como un paseo para que me entrara el sueño estaba siendo un paseo muy divertido.

—Cuéntame algo de tu vida antes de la academia