Aquí y ahora [LIBRE]

La naturaleza, esa gran desconocida.

Había crecido en la gran ciudad, apenas había tenido ningún contacto con la nieve, la hierba, los animales. Odiaba a los perros, no soportaba a los bichos, era alérgica a casi cualquier cosa. Había nacido para ser encerrada en el mejor de los áticos de Nueva York y me gustaba. No necesitaba nada más.

Sin embargo, en aquella maldita residencia, tenía que pasarme el día paseando por los amplios jardines del Campus, viendo a los estúpidos estudiantes disfrutar del buen tiempo mientras dejaban que sus pálidas pieles se tostasen con los últimos cancerígenos rayos del sol de otoño. A veces me preguntaba, seriamente, si sería humana, porque de verdad que no conseguía comprenderles.

Suspirando, me senté en el pavimento, colocándome bajo la sombra del edificio, y apoyé la cabeza contra el muro, cerrando los ojos y cogiendo aire profundamente. ¿Cuándo empezaría la diversión? Hasta el momento no me había encontrado con nadie que mereciese realmente la pena. Todos los estudiantes eran copias los unos de los otros. Idénticos, aburridos... Maldita globalización.

Rezando para que ninguna hormiga osase acercarse a mí, dejé mis libros a un lado y abrí los ojos para contemplar el panorama.

Las clases eran mortíferas,estúpidas,sin sentido...se me ocurrian varias razones para matar a los profesores,y a los alumnos... eran egocéntricos,mal pensados,payasos y unos salidos mentales.
Bajé las escaleras con sumo cuidado para no romper mis nuevos tacones de aguja metalizados. Un par de pervertidos me miraron de arriba a abajo y no dudé en fulminarles con la mirada,me habian prohibido estrictamente usar mi mágia perdida dentro de la escuela, aunque,era un buen arma decidí no utilizarla y pasar "desapercibida" por toda esa gentuza. Si eso era lo que eran gentuza barata que no servia para nada,si quitabamos el divertirse matandolos o en el mejor de los casos viendoles sufrir. Llegué al final de las escaleras y con un leve suspiro salí al maldito jardin. ¿Que mejor para los tacones que el campo? Volví a suspirar de rabia y me encontré una chica que parecia sentir lo mismo que yo,dejé los dichosos libros al lado de la jóven y me senté a su lado.
-Un dia muy bonito ¿Verdad? Aunque,preferiria el ruido de las calles ¿Y porque no decirlo? Un poco de lluvia y nubes grises no vendria nada mal.

Me giré con lentitud para contemplar a la chica que había tomado asiento junto a mí, murmurando improperios contra el paisaje que nos rodeaba. No podía hacer menos que darle la razón y asentí en silencio. Era bastante complicado encontrar a una persona que opinase como yo en aquel tema, por lo que me decidí a ser agradable por un instante.

-Añádele no estar en esta Academia y sería un mundo perfecto.- añadí con voz irónica, ladeando la cabeza.- Esto es insoportable.

Olvidándome de la situación y con la intención de no volver a pensar en lo "desgraciada" que era estando ahí encerrada, centré toda mi atención en la chica. Estaba segura de que era una Black Fire, nadie que no fuese de mi residencia sería capaz de vestir con un cierto de estilo entre aquellos muros.

-¿Escapando de nuestras interesantísimas clases que nos preparán para un mundo perfecto que en realidad no existe?- me interesé, esbozando una sonrisa de cortesía para ocultar la repugnancia que me producía aquel lugar.

Todavía no acababa de entender por qué había accedido a ir.

Volví la cabeza para mirar a mi lado y sonreír. Sin duda tenía razón en lo que decía.
-Más que insoportable,esta mañana casi se me rompe un tacon,aunque no me asusta la idea de llegar tarde a alguna clase,me asusta la idea de coger un sitio malo en clase,como al principio de la clase. Estar en primera fila es insufrible.-Suspiré echandome el pelo hacia atrás con un leve movimiento de muñeca.
Reí con suavidad mientras me erguía de nuevo en el lugar donde estaba sentada.
-Tienes razón,son interesantísimas,por eso he tenido que salir a despejarme un poco,creo que tanta información interesante acabará por destrozarme las neuronas.-Acerqué una mano hacia ella y me presenté-Me llamo Isirial Merdlyn y estoy en la mejor casa de todas,en Black Fire.

Me sentí aliviada al escuchar sus palabras. La verdad es que si después de haber intentado ser simpática con ella, me hubiese respondido algunas de las estupideces que solían responderme o me hubiese dicho que pertenecía a cualquier otra residencia, hubiese sido una gran decepción. Y, por supuesto, no hubiese perdido más tiempo con ella.

-Encantada. Soy Alexandra Dobrev, misma residencia.- le informé, tomando su mano con decisión.- Por favor, vámonos de aquí. No lo aguanto ni un segundo más.

El cuerpo empezaba a picarme, tenía la sensación de que había pequeñas hormigas trepando por mi ropa y colándose para llegar hasta mi piel por los más pequeños resquicios. Era desesperante y agobiante.

Sin esperar una respuesta, recogí mis libros del suelo y los sacudí para que no quedase ni un solo animal sobre ellos y esperé a que Isirial me imitase.

-No pasará nada si nos escapamos el resto del día.

Al parecer me habia encontrado con otra chica de mi residencia,me habia alegrado el resto del día.
Asentí y agarré mis libros haciendo lo mismo que Alexandra,los insectos resultaban un tanto irritantes,aunque bueno,nunca estaba mal para pisotearlos o quemarlos.
Me levanté sacudiendo mi ropa y colocádome bien los pantalones.
-Creo que tienes razón,necesito ver una ciudad o algo por el estilo,aunque sea un maldito pueblo,pero necesito aceras y humo,coches y aire contaminado,esto de el campo lo llevo muy mal.-Me pasé la mano por el pelo y apretándo los libros contra mi pecho me puse a seguir a mi nueva amiga.
¿Que tal si cogemos un maldito coche y despararecemos durante varios días? No creo que se atrevan a decirnos nada, y si lo hacen,sufrirán las consecuencias.-Encogí los hombros sonriendo.

Escuché la sugerencia de la chica y asentí con la cabeza. La última vez que había pasado una semana sin pisar la residencia apenas había recibido una amonestación verbal por parte del director. Y, sinceramente, estaba más que dispuesta a recibir otra si ello significaba poder pasar una buena temporada con alguien que merecía la pena lejos de toda esa calaña.

-Si alguien pregunta, no dudaré en echarte la culpa de todo.- sonreí, dirigiéndome hacia el aparcamiento del Campus.

A esas horas la mayoría de los alumnos se encontraban en algún curso complementario y para mi alegría, apenas nos cruzamos con unos pocos mientras caminamos. Era un alivio no tener que soportar las risas histéricas de mis compañeras.

-¿Llevas mucho tiempo aquí?- quise saber, interesándome por la vida de mi compañera.- Juraría que no te he visto demasiadas veces... Aunque claro, no es que vaya prestando demasiada atención.

Volví a sonreir cuando asintió con la cabeza,no estaba tan feliz desde que espachurré a unas cuantas chicas contra mi mano en el baño por mirarme mal.
-Yo me hago responsable,merece la pena salir de aqui con buena compañía,raras veces la encuentras.-Nos dirigimos al aparcamiento y a lo lejos distinguí mi coche descapotable,un bmw negro que tomé prestado en Finlandia cuando quedaban pocos minutos para el ferry y con mi encanto y mi magia perdida confundí al conductor y a los guardias de seguridad que era mio,con quinientos euros en la guantera y un coche nuevo me dirigí hacia mi nuevo destino.
-La verdad es que llegué hará dos dias. No te preocupes yo tampoco es que vaya mirando a la gente,creo que me sangrarian los ojos al cabo del día,esas ropas barrio bajeras que llevan y luego lo mal que la convinan, es horrendo estar en este cuchitril.

Escuché sus palabras con atención, dirigiéndome al coche que ella parecía haber seleccionado de antes. Siempre me gustaba hacer alarde de todas las cualidades que poseía, sin embargo, la conducción era algo que se me había resistido desde los dieciséis años. Era incapaz de llevar un coche en linea recta durante más de treinta metros, mi cerebro era incapaz de asimilar las funciones de esas horrendas máquinas. Los odiaba, aunque eso no significaba que no me gustase que me llevasen por ahí. Era bastante cómodo.

-Digamos que aquí hay de todo. No te negaré que hay bastante más gente que no merece la pena que personas interesantes, pero no descarto la posibilidad de que quede alguien... no sé, especial, por decirlo de alguna manera, entre esa marea de estudiantes.- murmuré, encogiéndome de hombros.- Al fin y al cabo, habrá gente que nos vea a nosotras como simples peones dentro de la Academia. La verdadera elegancia está en saber ser discreto.


Sin esperar invitación, tomé asiento en el lugar del copiloto.

Agarré las llaves de el bolsillo y apreté el botón de abrir las puertas,sonriendo,mi coche me encantaba.
Escuché atentamente lo qu eme tenía que decir y al descubrir que lo que decia tenia razón asentí silenciosamente.
-Tienes razón,a lo mejor todavía puedo encontrar a mi principe azul entre esta gentuza,que espero no encontrarlo.-Me senté en el asiento del piloto y viendo como se sentaba ella en el del copiloto sonreí.
-¿Qué tipo de música te gusta Alexa?-Saqué de la guantera un estuche de cd´s enorme en el que contenía miles de discos llenos de música de todas las clases,mi música predilecta sin duda era la que emitía gritos perturbadores y desgarradores aunque sin dejar atrás la música clasica.
Pensé en la suerte que habia tenido al encontrarme a alguien más o menos parecido a mi y que fuera de mi casa.

Sentí una punzada de curiosidad al preguntarme cómo reaccionaría Isirial de encontrar a su "principe azul" como ella lo llamaba, entre alguno de los estudiantes de la Academia. No es que quisiese que le sucediese, pues era obvio que a ella no le agradaba demasiado esa opción, pero mi insaciable curiosidad ansiaba conocer cómo se comportaría en tal situación.

Acomodándome en el asiento del copiloto, escuché su pregunta, sin saber exáctamente qué responder. Mis gustos eran demasiado extraños como para que pudiesen convencerla, por lo que hice un gesto de mano para quitarle importancia.

-Elige tú, no tengo preferencia.- le dije, esbozando una sonrisa mientras miraba al frente.- ¿Alguna idea de cuál puede ser nuestro destino?

La verdad era que, desde mi llegada, no me había preocupado mucho por conocer los alrededores de la Academia. Había optado por viajar muy lejos con la intención de no encontrarme con el resto de estudiantes. Pero, por el momento, no había tenido demasiada suerte con aquel negocio.

Asentí a sus palabras y saqué uno de mis grupos favoritos, Bullet for my valentine,algo no muy ruidoso ni muy tranquilo metí el cd y esperando a que lo leyera la maldita radio me encogí de hombros
¿Qué te parece...el centro comercial? Tengo dinero y creo que nos hace flata unas compras y un cafe...y un cine tambien ¿Quieres?-Sonreí escuchando la primera cancion,puse el coche en marcha esperando la afirmativa de mi nueva amiga y salí del parkin suavemente,no queria conducir rápido,hoy no.
De pronto me acordé de Sweet,tenía que haberle avisado para ir con nosotras,pero ya era tarde,bajé mi manod hacia la palanca de cambios y suavemente empujé el embrague para despues cambiar de marcha.