Infiltrandose en Nueva York [Valerie]

Había decidido tomarme unos dias libres de mis tareas de presidente, y tambien como principal conspirador para acabar con los Black, aprovechando las vacaciones de navidad, hoy era un día totalmente de relax, así que use mi dinero de persona sin poderes, y lo use para comprar un vuelo directo a Washington, una ciudad llena de historia que me fascinaba, donde tambien podría descansar de todo lo pasado, incluida mi muerte...

Despues de aterrizar el avion, un extraño artefacto que era como un pajaro enorme de hierro, el cual me daba un gran yuyu, yo no era de grandes alturas, y los medios magos estaban vetados no se porque, unica alternativa el avion.

Pero despues de varias horas, llegue a la ciudad de mis sueños, estaba lleno de jubilo como un niño pequeño, pero como el viaje habia sido largo decidii ir al hotel que previamente reserve para tomarme una ducha rapida y vestirme para la ocasion, en esa ocasion era infiltrarme a la sociedad amaericana como un turista, unos pantalones de camuflaje, una camiseta negra, y una chaqueta de camufliaje, en teoria segun el libro el traje de camuflaje evitaba que todos me viesen y poder estar perfectamente dentro de la sociedad americana.

Ahora ya estaba listo para salir, asi que sali de mi habitacion y todos parecian mirarme, pero en teoria con mi traje de camuflaje pasaba inadvertido por todos y una vez sali del lugar, fuí avanzando lentamente por las calles hasta que perdi mas o menos, pero no importaba... la indicacion decia que fuese hacia el Norte, pero yo en realidad iba hacia el sur...

Pero donde se suponia que tenia que encontrar la Casa Blanca, vi a lo lejos la estatua de una mujer enorme... eso no era Washington, era Nueva York!!!

- Bien por ti Ewan, te has equivocado de ciudad...

25 de diciembre, fun, fun, fun... Navidades. Pero en lugar de ir a casa a cantar villancicos y hacer cenas familiares como el resto de la gente normal y no tan normal, mi familia había decidido regalarme el viaje de mis sueños. 6 días en Nueva York, la ciudad que siempre había querido visitar, y me mandaban a mi solita, gracias a que según mi padre, "ya era una persona adulta que podía defenderse". Intenté no buscarle doble sentido a esa frase...

En principio —me explicó mi madre— iban a venir todos al viaje, e ibamos a pasar unos días todos en familia, pero a mi padre le surgió un "negocio muy importante" (notese el sarcasmo) y al final decidieron que pospondrían el viaje. Así que, ahi estaba, en un avión, después de 7 horas de vuelo, y aguantando a mi vecino de asiento, un señor de 60 años que se tiró todo el tiempo roncando.

Logré llegar a mi hotel a dejar mi equipaje y descansar un poco para coger fuerzas para patear una ciudad que era practicamente imposible recorrer en el poco tiempo que iba a estar en ella.

Una vez sobreviví a mi primer viaje sola en el metro de New York, y tras haberme sentado entre las personas más raras que nunca había visto en mi vida, bajé en mi estación, Wall Street, un punto intermedio en el distrito financiero que me permitiría conocer esa parte, pero ademas, seguir con mi visita al resto de la ciudad.

Con mi plano en la mano, llegué hasta el edificio de la bolsa y saqué mi cámara de fotos para empezar mi reportaje de la ciudad. Busqué el mejor lugar para comenzar a tomar fotos y sonreí satisfecha cuando lo encontré. Sin embargo, la gran cantidad de gente que caracterizaba estos sitios, me dificultaba mi tarea. Fijé mi vista para cuando pudiera echar la mejor foto, cuando un tipo de estos raros que da vez en cuando veía pasar, se me cruzó delante del objetivo. Un tío vestido totalmente de militar, destacaba horriblemente entre el resto de la gente que vestía en los tonos habituales de ropa de abrigo. No pensaba que fuera un verdadero militar, pues ni iba acompañado por más militares, ni llevaba armas ni nada. Y esta persona caminaba sin rumbo fijo delante de mi objetivo, dandome la espalda. Tampoco es que yo fuera alguien para que el resto de la gente tuviera que dejarme el camino libre al hacer fotos, pero ya me estaba empezando a cansar. Movía el objetivo de mi cámara, y este chico se movía también. No es que yo lo siguiera con mi camara, sino que siempre se interponía entre mi camara y el edificio. Y, despreocupadamente, este hombre se dio la vuelta, provocando que diera uno de los mayores gritos que he dado nunca, y mi cámara cayó al suelo, golpeando primero mi pie, y posteriormente el suelo.

Mi boca cayó abierta sin que pudiera evitarlo, simplemente mirando a quien había resultado ser el militar. Pero no podía ser verdad; sería tan solo mi imaginación jugandome una mala pasada debido al jet lag, pues esta persona, la úlima vez que la había visto, había sido asesinada delante de mí en las catacumbas de la academia. El presidente del Consejo. Ewan A. Destiny.

Al parecer estaba en Nueva York, la estatua de la libertad lo demostraba, y bueno ya que me había equivocado había decidido quedarme y disfrutar de esa fantástica ciudad de los sin poderes, como iba perdido yo iba caminando por ahí, entre la flora y la fauna de una jungla de cristal donde estaba, si aquella ciudad me estresaba, tanto cristal y acero, además de esos caballos de colores y plástico?, como se llamaban ah si coches… era horroroso…

Pero solo ver algunos pequeños paisajes ya me gustaban, pero mientras caminaba por ese rincón me gire una de las veces y vi a una figura conocida, al principio no cai en ella ya que estaba totalmente abrigada, al parecer hacía frio, pero gracias a mi uniforme de camuflaje yo no tenía frio, sino que tampoco los demás no me veían era totalmente invisible ante todos, si era un camaleón…

Pero esa chica estaba fijamente delante de mi en ese instante y grito, mire como esa caja pequeña que llevaba en las manos se le caia primero en los pies, y luego al suelo, quizás se había roto, pero en ese momento por el sonido de su voz supe quien era esa chica…

Era Valerie, una chica que conoci a la academia donde estudio, es una chica que conoci en el invernadero y con la que tuve una gran charla, era una buena amiga, pero la ultima vez que la vi, fue el día que yo mori en las catacumbas, pero un momento yo era invisible, como era que había gritado, es como si hubiera visto un fantasma, ah claro la maldita caja esa, supongo que era un invento del diablo para ver a los invisibles como yo…

- Ey Pequeña Saltamontes no grites tanto! Soy Ewan!

Grite a pleno pulmón, totalmente nadie podría escucharme gracias a mi traje de camuflaje, pero ella podía verme por culpa de esa caja rara que llevaba en las manos, y que ahora había caído al suelo, lo que me preocupaba era porque aun podía verme si el embrujo se había roto.

- ¿Me puedes ver?, ES IMPOSIBLE! Soy un Camaleon! Con ese traje no puede verme nadie, pero al parecer con esa caja maldita puedes verme…

En ese momento levante la mano y empece a recitar un conjuro en latin, para romper esa caja del suelo, pero me fije en la cara de Valerie, mi pequeña amiga y me calle unos segundos al mismo instante que bajaba la mano y le decía:

- ¿Enserio me ves?, vaya timo de traje de camuflaje… el libro decía que nadie me veria…en la jungla, y estamos en una jungla no?, osea de cristal y acero, bah.. que timo…, pero ey! No pongas la cara de “ Estoy viendo un fantasma”, que soy real… vamos tócame…

Me desabroche un poco la chaqueta para imitar lo que hice en el invernadero en cuando le dije que si quería tocar, que tocase mi pectorales….

Oh my god, no podía pensar otra cosa. Me daba igual mi recién estrenada cámara de fotos y las fotos que ya llevaba sacadas, porque ante mí estaba el “fantasma” de uno de mis amigos de la Academia. Eché un rápido vistazo a mi cámara y la recogí del suelo, sin ni siquiera fijarme en si había sobrevivido a la caída, metiendo la mano por la cuerda para evitar que se me volviera a caer. ¡Pero él había muerto! ¿Cómo era posible que estuviera aquí? Había ocurrido durante la trampa que nos hicieron los black en las catacumbas, y el propio James lo había matado.

No puede ser, no puede ser –me repetía una y otra vez. Estaba en la otra punta del mundo, con cientos de personas alrededor, y además, estaba viendo un fantasma.

Ewan se volvió y reparó en mí, gritando cuando me reconoció y levanto la mano gritando, saludándome. Yo, sin embargo, todavía continuaba en shock, incapaz de reaccionar y decir algo. Ahora, estaba segura de que ese chico no era alguien con quien lo había confundido, ya que diría que me había llamado saltamontes, al igual que en el invernadero, pero no estaba muy segura. Continué completamente quieta, mirando embobada como se acercaba hasta mí, y empezaba a decir tonterías suyas de que era un camaleón y que nadie lo veía, pues eso, era prácticamente imposible, ya que estaba montando un espectáculo en plena calle, gritando y haciendo el tonto.

Parpadeé para salir de mis pensamientos y sacudí un poco la cabeza, volviendo lentamente a la realidad. ¡Ewan estaba aquí mismo! ¡Aquí en New York! ¡Y vivo! Pero luego recapacité y le di un tortazo bien sonoro en la cara, enfadada.

-¿QUÉ ESTÁS HACIENDO AQUÍ? –grité-. ¡Tú estabas muerto! ¡Yo te vi! –dije ya un poco más bajo, para que la gente que ya me estaba mirando no me tomara por loca. Oh, no, ya estaba loca, esa era una explicación bastante convincente… Pero le había dado un tortazo, y se había sentido real… No sabía qué pensar.

-Y por dios, ¡TÁPATE! ¡Vas a coger una pulmonía! –dije, mientras le cerraba yo misma la camisa de militar-. Además, aquí, ¡TODO EL MUNDO TE ESTÁ VIENDO! Así que deja de decir tonterías, por favor…

Menudo recital de gritos me estaba metiendo la chica, al parecer no se esperaba el hecho de encontrarme en esa ciudad, bueno yo tampoco, pero ahora que la había encontrado, tendría compañía por el resto del viaje.
Instintivamente me puse la mano en la mejilla donde ella me golpeo y a decir verdad la mire con ojos llorosos y luego fingí lagrimas de cocodrilo tras el tortazo que ella me dio:

- ¿Por qué lo has hecho?, pero que dices si yo estaba vivo! Me has hecho daño!

Despues de gritar y hacer un poco de teatro del bueno o del malo, mire a Valerie y le guiñe el ojo unos segundos, para después mirarla fijamente a los ojos y sonreí diciéndole:

- Era broma!, perdonen esta pequeña interpretación, soy John Smith, actor amateur de Teatro, y ella es mi acompañante Valerie Rousseau, gracias, gracias…

En ese momento comprendí la naturaleza de los sin poderes, cuyas mentes no eran tan avanzadas como las nuestras, o quizás eran demasiado ingenuos, tanto que alguno dejo caer algo de dinero al suelo, dinero que yo mismo me encargue de recoger y guardar en un bolsillo, para de nuevo girarme hacia Valerie e decirle:

- Con que eso es el famoso sueño americano, no hacer nada y ganar dinero fácil, me gusta, tenemos que actuar en la estatua de libertad seguro que los turistas japoneses nos dan mas dinero…

Dicho esto me puse mas serio y tome de la mano a Valerie, obligándole a que me mirase fijamente los ojos y decirle:

- Siempre quise hacer eso, pero ahora hablemos enserio…, resucite, y soy tan real como que ahora me estas tocando, pero ahora enserio, de verdad te creías que te ibas a deshacer tan facilemente de mi ¿Pequeño saltamontes?, se necesitan mucho mas de esas lagartijas negras para MATARME! A mi!...

En ese momento no me di cuenta de que me estaba sobrexaltando mucho, pero lo que si me di cuenta es de que tenía frío, asi que me tome la libertad de abrazar a mi compañera y decirle:

- Tengo frío… y creo que me voy a resfriar….

Oh dios mío, ahora solo había conseguido atraer la atención de mucha más gente que estaba a nuestro alrededor, y hacer que nos miraran y cuchichearan en voz baja. Todo tipo de gentes, sin importar quizás si entendían o no el inglés, se giraron cuando escucharon el tortazo que le pegue a mi acompañante, el cual, además, llamaba la atención porque iba disfrazado de militar.

Ewan lo captó a la primera, e improvisó de modo que parecía que estabamos haciendo una escena de teatro, convenciendo a un señor mayor que se acercó a dejarnos una moneda. Yo sonreí e intenté que no se notara mucho que no tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo.

-Ewan, déjate de tonterías -murmuré mientras seguía sonriendo-. Y no estafes a esta pobre gente. Me da pena por ese pobre hombr— me cortó cuando me cogió la mano y directamente me callé, escuchando como me decía que había "resucitado", pero lo dejé hablar, maravillada porque todavía estaba vivo y aquí en New York conmigo. Según él había resucitado y nadie podría con él, pero ya había visto a James matarlo, y esperaba que hubiera aprendido la lección de que no somos inmortales, y que incluso alguien con un gran poder, puede acabar muriendo.

Todavía incapaz de decir ni una palabra debido a haber oído su historia, simplemente parpadeé e intenté digerirla, pero me resultaba demasiado difícil, porque, seamos honestos, ¿cómo se supone que resucitó? Intenté no pensar en eso y dejar esta historia que parecía de locos, fingir que era parte de alguna escena como la que se suponía que habíamos estado interpretando hace un momento y pasar a lo siguiente. Por supuesto, tenía que aprovechar el viaje que se me acababa de bridar, y me propuse a mí misma empezar a relajarme. Pero, sin embargo, dejó de hacer efecto cuando me abrazó porque tenía frío, cosa que me parecía totalmente lógica, ya que podía notar que sólo llevaba el traje de militar, pero no podía hacer nada, si acaso frotar mis manos por sus brazos para intentar hacerle entrar en calor, pero tampoco funcionaba demasiado. Por tanto,sólo me quedé ahí, abrazando a Ewan mientras apoyaba mi cabeza en su hombro.

-Eres idiota, ¿lo sabes? –murmuré-. Además, te vendría bien resfriarte, así aprenderás que en estas fechas que estamos, en Nueva York hace frío y deberías llevar abrigo… -Hice una pausa, mientras me daba cuenta de una cosa-. Ahora me dices que no has traído un abrigo, ¿verdad? -Me aparté, mientras fulminaba con la mirada a Ewan.

Observe los gestos que hacía ella para darme calor, pero todo esfuerzo era en vano, no importaba lo que hiciera yo tenía frío y en cuando se dio cuenta de que yo no llevaba abrigo, me dijo idiota en toda la cara, y bueno razón no le faltaba a Valerie, nadie en su sano juicio iba de esa forma por Nueva York y menos en invierno, no importaba como se mirase, todo eso era cierto estaba siendo un idiota rematado por no llevar abrigo.

- Pues… creo que no llevo…

Me mire las manos y negué con la cabeza algo muy evidente, no llevaba abrigo y me estaba resfriando por segundos, asi que no esperaba mcho en tardar a dejar ir los primeros estornudos.

- Cofcofsimeresfriomecuidaras?cofcof.

Dije tosiendo a causa del resfriado que poco a poco iba apareciendo en mi organismo, pero después de eso sonreí débilmente y me deje caer al suelo, como si se tratase de una caída escénica, hecho que otro hombre, por su apariencia un turista japonés, dejo caer delante de mí unos cuantos billetes de dólares.

- Wow hasta.. enfermo gano dinero, creo que dejare la academia y me hare actor…, no ahora enserio… ¿Me acompañas a comprar un abrigo?

Le dije mientras me recupeaba de mi aparente debilidad en mi cuerpo, como si me tratase de una muñeca de porcelana, pero cuando me puso la mano en el bolsillo me di cuenta de que no tenia mi cartera… asi que no podía comprar nada…, por lo cual le dedique una sonrisa complice a mi compañera y le sonreí de lado diciéndole:

- Me deje la cartera al hotel…, pero no te preocupes tengo un plan para ganar dinero, eso si quiero que me ayudes…jejeje vamos a ganar mucho dinero fácilmente, porque vamos a atracar un banco, es broma.. vamos a jugar una partida de Poker contra Borsalino Forelli el Cappo de la Mafia…tambien conocido como el Carnicero de Little Italy…

Me puse mas serio y mire a mi acompañante y sonreí diciéndole:

- Y no es broma, o hacemos eso o nos dedicamos a hacer trucos de magia para los turistas, aunque… para mi gusto quiero desplumar al mafioso, dicen que solamente has ido a Nueva York, en cuando has dejado al Cappo mas desplumao que una gallina..

En realidad estaba coñeando con lo del mafioso, pero quería ver la reacción de mi compañera.

-Ewan, ¿estás tonto o estás tonto? -Ya me estaba desesperando y eso que tan sólo habíamos echo mas que encontrarnos. Puede ser que no recordara como era, pero por supuesto, esto era una situación completamente diferente. Claro, como era de esperar, ahora hasta se estaba resfriando. Genial. Aunque había algo raro en esa tos... Suspiré e intenté dejar atrás la frustración que en ese momento llevaba encima y buscar una salida a esta situación.

-A ver Ewan, vale, no tienes abrigo, muy bien. ¿pero no has traido nada de ropa de abrigo en tu equipaje? -eso si que era imposible. Vale que yo fuera muy precabida, pero hasta el momento creía que nadie saldria de casa a un lugar lejano sin ropa que ponerse por si hacia calor, por si llovía o por si hacía frío. No lo entendía. -¿En tu hotel no tienes nada? ¿Ni una chaqueta o un jersey? ¿Una camisa? ¿3 o 4 que te puedas poner a la vez? No me creo que sólo hayas salido de la academia con esto... -dije, mientras agarraba y sacudía de la tela de su manga.

Suspiré pesadamente y consideré acompañarlo a comprar un abrigo, pero, casualidad o no, (quizás era ya el karma que estaba demasiado en mi contra... quien sabe) no tenía consigo su cartera. -Por dios Ewan A Destiny!! ¿Como se te ocurre salir sin llevar tu cartera? ¿Y como se supone que vas a moverte en metro sin poder comprar un billete? ¡Esta no es una ciudad en la que te puedas mover a pie!

Me paseé frente a él mientras pensaba en una solución, una solución factible, por supuesto, nada de atracar bancos o ir a estafar a los mafiosos. ¿Pero donde se creía que estaba? -Y no, por nada del mundo, escuchame bien, por nada del mundo, vas a ir a jugar contra un mafioso, ¿pero tú te escuchas hablar alguna vez? Por dios... Nada de mafiosos, ni nada de bancos ni nada de estafas ni nada de robos aunque sea al chino que está enfrente de nosotros, ¿me estás oyendo? Bien.

Intenté tranquilizarme y seguí. -A ver, veamos como podemos arreglar esto... Solución número 1, vamos a una tienda y aunque sea, yo pago el abrigo y luego me das el dinero o... solución número 2, vamos a tu hotel, recogemos tu cartera y luego vamos a comprar. Para mí, esta es la mejor opción, el billete de metro te lo pago yo. -Hice una pausa, pensando en que remota parte de la ciudad podía estar su hotel...-. Por favor, dime que tu hotel está en Manhattan, por favor. Como digas que está en Brooklyn o en el quinto pino en Queens o hasta en el Bronx, te juro que ahora mismo me da algo -dije, con mi mano sobre los ojos, como si de esa forma su respuesta fuera a ser menos dolorosa.

Me quede pensativo tras todas sus palabras, preguntándome por la ropa a lo que yo simplemente asentí con la cabeza, mientras pensaba, pues llevaba ropa de verano, en otras palabras, la mayor parte de mi equipaje eran mis mejores prendas de gala asi que no habría ningún problema, ya que podría quitarme ese traje de militar que llevaba…

Desde luego no había sido una opción valida el ir de militar, solamente me sirvió para pilar un resfriado, y a todo eso, como no tenia el dinero en mano, me tocaba improvisar como conseguir dinero, en este caso le ofreci robar un banco o desplumar un mafioso, pero ella había prohibido rotundamente las dos opciones, asi que solamente nos quedaba coger el dinero de mi habitación del hotel.

- Oh eres muy amable en pagarme el metro, gracias, en compensación te invitare a comer es lo minimo que puedes hacer por aguntarme tanto, no cres?.

Despues de eso ella me pregunto por el hotel, el cual yo no sabia por donde estaba, no sabia apenas su nombre, no es que me fijase en ello, total estaba en Washington, pero en realidad estaba en Nueva York, asi que no tenía mas alternativa que exprimir mi mente en recordar el hotel donde estaba mi equipaje y mi dinero, finalmente tras varios segundos de tenso silencio le dije:

- Creo que era un hotel que se llamaba Plaza, vaya nombre mas raro no?, quien en su sano juicio pone de nombre Plaza a un hotel, pero bueno es un hotel pequeño comparado con mi Castillo en Glaslow, pero bueno no todo se puede tener…

Despues de eso me quede mirando a mi acompañante esperando a que ella supiese donde estaba ese hotel donde supuestamente estaba mi dinero y mi equipaje.

- Espera! Me da vergüenza entrar en ese lugar con las pintas que llevo!, hmm ya se un plan para que cuele… pero necesito alcohol, si fingiré que estoy borracho y tu eres mi secretaria que me lleva a la habitación para que me tome una ducha… fría.

-No es nada -contesté amablemente cuando aceptó que le pagara el metro para ir hasta su hotel-. Y claro, acepto esa cena, pero a ver donde me llevas, eh! -bromeé para quitarle seriedad a la situación.

Vale. Ahora quedaba situar el hotel dentro de este laberinto de calles, aunque secretamente, rezaba para que Ewan recordara donde se encontraba su hotel, en que calles y que estuviera en Manhattan, pues para nada sabría como llegar hasta él si se encontraba en Queens o Brooklyn. Suspiré mientras esperaba a que Ewan pensara y recordara donde se enconttraba... Pero dejé mi hilo de pensamientos en cuanto escuché el nombre o lo que me pareció que había dicho.

-¿Has dicho Plaza? ¿Hotel Plaza? ¿El mismo hotel que se encuentra en la 5ª avenida? oh dios mío -seguí murmurando para mí esas últimas 3 palabras. En ese momento pensé que si acabaría dandome algo, pues sentía que empezaba a marearme. Me apoyé contra la pared que había a unos pasos detrás de mí, y fui dejando de prestar atención a lo que me rodeaba para solo pensar en esto último. ¡¡¿Estaba hospedado en El Plaza?!! En comparación, mi hotel era un hotelucho de tres al cuarto situado en medio de una zona no demasiado agradable, pero era lo mejor que había encontrado ajustado a mi presupuesto.

-Vale, estás en el Plaza y vamos a ir a por tu cartera a tu... ¿habitación? ¿O es una suite? -Suspiré y de repente me acordé de que Ewan seguía a la interperie con su traje de militar, por lo que tendríamos que dirigirnos cuanto antes por lo menos hasta la estación del metro-. ¿Te parece si cogemos la linea amarilla hasta la parada en la 5ª avenida? Nos dejará justo al lado de tu... hotel. Y no, no montaremos ningun numerito de estar borracho o algo así, dios... Ese sitio me de mucho respeto como para hacerlo...

Fuimos hacia la parada de Wall Street y esperamos a que llegara nuestro tren, mientras esperabamos junto a decenas de personas que también cogerian el mismo tren, al parecer, estabamos en la hora en que la gente volvia del trabajo, por lo que el vagón estaría lleno... -Parece que nos va a tocar apretarnos, ¿eh? -bromeé.

Valerie parecía estar flipando por todo lo que le había dicho, al parecer ella conocía el hotel, ese, vaya por el tono de sus palabras, ella parecía estar fascinada por aquello, pero lo cierto es que ese hotel a mi no me llamo mucho la atención, pero cuando me pregunto si era habitación o suite, me encogi de hombros levemente y suspire diciéndole:

- Estoy en la Royal Suite Terrace, ¿Te suena?, bueno es bonita a mi me gusta, su decoración me recuerda a mi castillo en escocia, ey Val, a que no parezco un millonario de esos a que no…
Le susurre eso ultimo mientras estábamos de camino al metro, y una vez dentro escuche su broma, tenia razón, el metro estaba lleno de gente de toda clase de etnias, algunos iban de empresarios, otros de mas turista, pero el que cantaba mas era yo con mi traje militar, la gente me miraba y no les faltaba motivo.

- Me miran porque me encuentran guapo.

Le susurre sensualmente a mi compañera, pero de golpe cuando el metro salio disparado de su estación, casi me caigo ya que no me había cogido en la barra como ella hizo, además estaba el hecho de que ese sitio era muy cerrado y la gente me apretaba mucho, me costo trabajo poderme mantenerme en pie, pero el mal olor que reinaba en ese lugar hacia que mi olfato se atrofiara…

- ¿Val? Donde estas no te veo…

La gente me tapaba la visión y no encontraba a mi compañera por ningún sitio, hasta que finalmente se paro el metro en una estación y pude ver a mi compañera la cual me acerque y suspirando le digo:

- Casi me muero, que suerte verte de nuevo.

Esta vez el metro araranco de nuevo, pero yo me cogi de la barra de hierro para evitar pasar por lo mismo que había pasado unos minutos antes…

- ¿Faltan muchas estaciones? – Pregunte cansado del viaje en metro, las grandes velocidades no eran lo mio.

Ocupé un hueco libre entre la pared del tren y una de las barras al lado de la puerta, donde pudiera estar bien segura y donde me pudiera agarrar bien. Sin embargo, enseguida fue llenandose de gente que intentaba ocupar mi mismo sitio y me empecé a sentir algo agobiada.

Reí histericamente cuando escuché que tenía una suite en el hotel, por supuesto, debía haberlo esperado, ya que elegiría lo mejor de lo mejor... -Pues no tengo ni idea de como puede ser esa suite, ya que yo no he estado en ninguna -hice una pausa, mientras una mujer negra se ponía entre mi compañero de viaje y yo, por lo que tenía que asomarme para verlo, y ver como me susurraba que lo miraban por su atractivo. No me reí, porque seguro que la mujer, que ya nos miraba algo raro, pensaría que estabamos locos, o a saber qué. Me agarré fuerte a la barra cuando las puertas empezaron a cerrarse y el metro se puso en marcha, hacia la siguiente parada, cuando Ewan se acercó hasta ocupar el sitio de la mujer que había ido a sentarse a un hueco libre.

-¿Donde estabas? -dije mientras me reía-. ¿No estás acostumbrado a estas apretudes, verdad? Ven cógete de aquí -le empujé un poco para que se colocara delante de mí de modo que no lo perdiera de vista, ya que se me podía bajar en cualquier estación y perderlo completamente-. Nos quedan bastantes estaciones todavía, y lo más seguro que el tren se llene todavía más, así que tú no te muevas de aquí.

Miré el panel de las estaciones y todavia nos quedaban unas cuantas, así que me apoyé en él mientras me fijaba en la gente que había en el vagón: chicos jovenes gritando, gente leyendo en sus ebook readers o escuchando música o simplemente mirando a su alrededor, de vez en cuando reparando en el militar que había coincidido con ellos en el mismo metro. Suspiré y deseé que el viaje pasara más rápido.

El viaje con metro habia sido agobiante a mas no poder, la gente que me apretaba me estaba estresando y mucho y me daban ganas de usar mi magia para liarla un poco, pero pensé que no era lo mejor que hacer, asi que me quede en silencio mientras miraba a la gente que me estresaba tanto.

- Dios me estoy asfixiando con tanta gente… haber si llegamos que a este paso morire…

Le susurre mientras me cogía con todas mis fuerzas a la dichosa barra, ya que no quería de nuevo caerme y que muchos me pisaran en esa maldita maquina del demonio, por suerte al final logre agarrarme con fuerza y no me caí mas.

- Otra vez cojamos un Taxi…, el metro ese es horrible.

Le susurre a mi compañera de viaje mientras estaba medio mareándome por la asfixia de ese lugar, dios no podía pasar eso y me mire la mano con la que me aferraba a esa barra, estaba palida, me estaba mareando , pero por suerte logramos llegar a la estación de destino y yo pude relajarme mas.

- Uff, he sobrevivido a eso…

Le dije mientras salíamos de ese lugar y nos dirigíamos hacía el exterior, donde salimos por unas escaleras y salimos justamente al lado de un enorme parque, donde los copos de nieve se habían encargado de dejarlo blanco y los niños estaban por ahí jugando con la nieve o haciendo pequeños muñecos de nieve.

- ¿Es bonito no?, me recuerda… algo…

En ese momento me puse la mano en la cabeza a causa del leve pinchazo en la cabeza, y me deje caer al suelo por culpa del dolor, momento que un fugaz recuerdo vino en mi mente por unos segundos, pero después me levante del suelo como si no hubiera pasado nada y suspire diciendo..

- Solo es un leve mareo por el metro…

Era algo agobiante el viaje en metro, sí, pero tampoco era para morirse como Ewan estaba diciendo. -Tranquilo, ya nos queda poco... ¿Necesitas algo para darte aire? -dije. Pero no hizo caso o no llegó a escuchar lo que le había dicho-. La siguiente es nuestra parada, muevete hacia la puerta, no vaya a ser que no nos de tiempo a salir y nos pasemos de parada -reí, solo nos faltaba eso y ya Ewan le daría algo ahí mismo.

-Aun así, prefiero el metro a coger un taxi... Si vas a New York y no subes en metro es para matarte. Además, has sobrevivido, ¿no? No es tan malo... -dije mientras subiamos las escaleras hacia la calle.

Una brisa helada entraba por aquella salida y me hizo estremecer, y eso que llevaba puesta mi mejor ropa de abrigo. Al salir al exterior, lo comprendí, habían empezado a caer algunos copos de nieve, remolineando mientras el viento los llevaba por ahí. Ya incluso estaba empezando a cuajar, permitiendoles a los niños que estaban al principio de Central Park jugar a lanzarse bolas de nieve, corriendo y gritandose unos a otros.

-Qué bonito -murmuré-. No pensaba que fuera a ver Central Park nevado...

No me fijé demasiado cuando Ewan se llevó la mano hacia la cabeza, como si de repente le hubiera dado un fuerte dolor de cabeza. Pero, cuando lo vi caerse al suelo, me asusté.

-¡Ewan! ¿Estás bien? -dije mientras le ayudaba a levantarse. Se había mareado por el metro, y con el frío que hacía aquí afuera, mejor que nos dirigieramos cuanto antes al hotel. -Venga, vayamos hacia el hotel, hace demasiado frío y tú parece que no te encuentras bien. -dije mientras le cogía del brazo para tirar de él en dirección al Plaza.

Nunca antes pensé que en mi viaje fuera a poder entrar a este hotel y ver las suites, pero hacia allí ibamos. Mientras cruzabamos la calle, me imaginaba como sería poder hospedarse en ese hotel, con su servicio de habitaciones y todas las cosas de lujo con las que cuenta... Entramos por la entrada mientras alguno de los hombres que trabajaban en el hotel nos miraban de forma rara, alguno, incluso nos dio la bienvenda al hotel, pero debido al reciente mareo de Ewan, prefería ir directamente a que se tumbara y descansara un poco. Seguí a Ewan mientras cruzabamos el hall en dirección a los ascensores y cogiamos uno libre. -¿En qué planta está...? -empecé a decir, esperando a que tocara el botón del ascensor que nos llevara hacia allí.

Después de todo no había sido tan difícil entrar a uno de los hoteles más lujosos del mundo.

Estaba agotado era posiblmente por el mareo del resfriado, pero aquel flash tenia mi mente absorbida, ¿Qué era ese recuerdo?, ¿Era algo que acaso había olvidado?, no entendía nada, solamente era otra pieza de un puzzle que no sabía ni como encajar, suspire levemente, mientras seguía dentro de mis pensamientos, estaba tan submergido que ni me percate de que ella me estaba hablando, pero dentro de unos segundos logre entender la pregunta que ella me hizo y suspire…

- Royal Suite Terrace…

Dicho esto levante el brazo para pulsar la última planta del edificio en el panel de control del ascensor, y luego cuando las puertas se cerraron me puse las manos en el bolsillo para sacar una pequeña tarjeta con la banda magnética, era la llave de la puerta, pero debido a mi mal estado las manos me temblaban y esa se cayo al suelo…

- Merda…

Mientras suspiraba deje ir un pequeño reniego en latín, una lengua que desde siempre se me había dado bien, y era útil para blasfemiar sin que se dieran cuenta los demás, pero esta vez me estaba sintiendo mas muerto que vivo…

- Creo que necesito una ducha fría…, dios a saber que imagen te he estado dando, haber déjame pensar, hortelano, gracioso, infantil, loco… dios ya me imagino que debes pensar de mi…

Mientras subíamos hacía arriba me deje caer cansado al suelo del ascensor, cuando de repente el ascensor se paro de golpe haciendo que me decantase hacía un lado, al parecer las luces se apagaron, dejándonos solos a los dos en ese lugar cerrado…

- Perfecto lo que nos faltaba…, ya dice la ley de Murphy, si hay una cosa que te sale peor, no te preocupes puede salir peor…

Mientras subiamos en el ascensor super lujoso, Ewan se puso a jugar con la llave de la puerta de su suite entre las manos, cayendosele al suelo, como no. Hice amago de ir a cogerla al suelo, pero se me adelantó. Me apoyé contra la pared aterciopelada del ascensor, mientras esperabamos a llegar a la última planta.

Vaya una locura había acabado siendo este viaje. Ahora me encontraba a punto de entrar a una de las suites del Plaza, con uno de mis amigos de la academia, quien había considerado muerto desde nuestro desencuentro en las catacumbas, pero, a no ser que me hubiera vuelto loca y todo esto fuera fruto de mi cabeza, lo que no me extrañaría.

Ewan me sacó de mis pensamientos diciendo que necesitaba una ducha, yo, sinceramente, necesitaba un paracetamol. -¿Tienes calor, Ewan? -bromeé, pensando en el doble sentido de la ducha fría-. Pero no te preocupes, eres polifacetico, y eso esta muy bien, ¿no? Si no, la gente acaba siendo aburrida y siempre repetitiva... Además, contigo me río mucho, y me alegro de haberte encontrado aqu--

Me detuve cuando se dejó caer hasta el suelo, pensando en que volvía a encontrarse mal. -¿Estás bien? -dije mientras me agachaba con él, dandole unas palmaditas en la cara para ver si reaccionaba. En ese momento, un golpe sordo precedió a un movimiento brusco que hizo que el ascensor se detuviera, junto con un apagón de las luces hasta que saltó un piloto automatico que iluminaba ligeramente el ascensor. Mantuve el equilibrio sujetandome contra una de las paredes, pero Ewan, siguiendo la inercia del movimiento, se movió hacia un lado, haciendo que me cayera hacia un lado, al igual que él.

Me asusté momentaneamente pero me repuse, diciendo, quizas un poco histerica: -Ewan, no empeores las cosas. Seguro que en un momento el ascensor sigue su camino y no ha pasado nada.

Me levanté y encendí una pequeña luz para poder ver dentro del ascensor, y buscar el botoncito de alarma para avisar de que estabamos aquí dentro.

Ahí estaba. Lo pulsé, esperando que algo ocurriera, pero no parecía contestar nadie. Bajé mi vista hacia Ewan, mientras lo iluminaba con mi luz, haciendolo parecer como un niño pequeño que estaba cansado. Me volví a agachar y le pregunté con más tacto: -¿Estás bien, Ewan? Me empiezas a asustar...

Nos quedamos encerrados y Val, me regaño por ser tan nagativo, pero esque razones no me faltaban, estábamos encerrados en un ascensor de un hotel de los mas lujosos del mundo, pero por culpa de un apagon, ahora los dos estábamos atrapados entre los pisos de a saber que planta estábamos…

- Siento ser tan negativo, pero esque es verdad… ahora mismo estamos atrapados en un edificio…, y nadie viene a nuestro rescate.

Dichas estas palabras me maree un poco mas y mi rostro se volvió mas palido, mi mente solamente pensaba en aquel recuerdo que se había pasado por mi cabeza, algo nada importante, solo una fugaz visión, pero y si era importante, y si había olvidado algo…

- Val, estoy bien solo mareado…, pero puedo hacerte una pregunta?, si de golpe recuerdas algo del pasado, pero ese algo creías haber olvidado, lo recuerdas de nuevo, es importante o debo no hacer caso…, porque voy a serte sincero, he tenido un flash de algo del pasado… pero algo que no recordaba y con el mareo… creo que me estoy comiendo la cabeza.

Suspire ylentamente sentía como mi cuerpo me pasaba, los ojos se me cerraban poco a poco y empezaba a sentirme muy cansado, era como si todo se volviese a oscuras, y de esa forma cai desmayado por unos instantes hasta que me desperté de nuevo y sonrojándome le dije:

- Lo siento… solo estoy débil. Tomare nota nunca mas debo ir a Nueva York con ropa de manga corta, es un suicidio, mira ahora el resfriado que cogido por idiota, me lo merezco…

Dicho esto intente levantarme, pero mis piernas estaban flanqueando, no tenia muchas fuerzas, no obstante consegui levantarme y apoyarme en la pared del ascensor mientras miraba a mi compañera…

- Bueno no te preocupes, en nada… vendrá alguien y nos abrirán o el ascensor se pondrá en movimiento, no hay que preocuparse.

Sonreí para animarla por si acaso estaba desanimada.